Buenos días.
He recibido los últimos días mensajes de compañeros que me comentan cosas como "es que no puedo", "voy a suspender", "no me entra tal tema", "me siento desanimado para estudiar", "no encuentro motivación", etc.
Aunque yo no soy ejemplo de nada porque también tengo mis bajones, hoy quiero comentar con vosotros la influencia que tienen nuestras emociones a la hora de estudiar y sobre todo fijar conceptos.
Cómo influyen las emociones en el aprendizaje.
Leí hace poco, justamente, un artículo que explicaba que diversas investigaciones en neurociencia habían demostrado el éxito de determinadas estrategias para mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje. Tomé muchas notas sobre ese artículo de cosas que me parecieron súper interesantes y que sabía que sí o sí quería compartir con vosotros. Tomé nota en concreto de un nombre: Rafael Bisquerra Alzina.
Por lo que investigué y leí sobre él, es uno de los expertos de nuestro país que más ha investigado estos procesos y concretamente el que estamos tratando hoy, las emociones en el aprendizaje.
Las investigaciones sobre los procesos de aprendizaje apuntan que la emoción y la cognición son inseparables. Este vínculo se establece por múltiples razones, entre ellas, porque las emociones influyen en la capacidad de razonamiento, la memoria, la toma de decisiones y la actitud para aprender. Por ello, se considera que las emociones forman parte del proceso de aprendizaje.
Según comentó el Sr. Bisquerra (otra de mis anotaciones), "aprendemos aquello que realmente queremos aprender. Las personas quieren aprender aquello que es importante para ellas, para su vida y para su supervivencia. Y como todo no cabe en el cerebro, aquello que consideramos no importante, no nos interesa y lo olvidamos".
De todo ello se deriva la siguiente conclusión: "emoción y motivación son anverso y reverso de la misma moneda". La motivación puede surgir principalmente del valor que le atribuyas a aprender algo, ya sea por el placer de aprenderlo (intrínseco) o por la utilidad que tiene para alcanzar otros objetivos (extrínseco).
Piensa que estar motivado implica dedicar más atención, tiempo y esfuerzo a algo y, en consecuencia, aprenderlo mejor. Así pues, se podría decir que la emoción dirige nuestra atención que, a su vez, permite una mejor focalización para adquirir y consolidar los aprendizajes en la memoria. ¿Tiene sentido, verdad?
Hay emociones que ayudan a aprender: como la curiosidad. Pero otras limitan el aprendizaje. ¿Por ejemplo, cuál? El miedo. En el primer caso, las emociones positivas te motivarán a seguir aprendiendo. En el segundo, las emociones negativas harán que quieras dejar de hacerlo.
Hay emociones que benefician el aprendizaje. Por ejemplo: la seguridad, el entusiasmo, la alegría, la expectación, el asombro, la sensación de triunfo o la curiosidad.
Pero, por otra parte, lamentablemente hay emociones que dificultan el aprendizaje. Por ejemplo: el miedo, la ansiedad, la tensión, la ira, el enfado, la culpabilidad, el aburrimiento, la envidia o los celos.
Por eso, amigos, os aconsejo que construyáis climas emocionales positivos que os permitirán estar motivados y aprender mejor. Hazme caso. Cree en tu capacidad para aprender. Si crees que no lo conseguirás, la desmotivación estará presente. Sin embargo, si tus expectativas de éxito son altas, estarás más animadillo. Para ello, os recomiendo que os marquéis objetivos de aprendizaje. Eso sí, realistas y asumibles.
También es importante que hagamos un ejercicio de conexión con nuestro interior. Conecta con tus intereses, necesidades personales, actitudes y voluntades propias. Pregúntate cosas como: "¿Qué sentido tiene aprender esto?", "¿Cómo me puede beneficiar esto?" o "¿Por qué me interesa aprender esto?"
Lleva a cabo un aprendizaje activo. Implícate activamente. Analiza de manera crítica aquello que estás estudiando y conviértete en el protagonista del proceso de aprendizaje.
Uno de los motivos que provocan desmotivación es la sensación de no entender nada. No comprender lo que se explica o lee produce una sensación de aburrimiento, desmotivación y actitud negativa hacia el estudio. Por eso, es esencial que preguntes y resuelvas todas las dudas que tengas. Para eso, tienes una serie de profesores o compañeros en los que apoyarte y consultarles tus dudas.
¿Eres consciente de los beneficios del aprendizaje? Las probabilidades de aprender mejor también dependen de cuánto disfrutes aprendiendo. Por ello, antes de abordar una sesión de estudio te puedes preguntar: "¿cómo puedo disfrutar en este aprendizaje?". Una posible respuesta podría ser la razón por la cual estás realizando esos estudios, es decir, tener presente los frutos que obtendrás al adquirir esos conocimientos.
Por otro lado, emociones como el miedo y la ansiedad pueden surgir cuando te enfrentas a un reto de aprendizaje. Si estas emociones son muy intensas, no ayudarán a que consigas tus objetivos. Un nivel de ansiedad bajo puede hacer que mejores tu rendimiento, aunque mucha ansiedad puede producir que te bloquees. Esto deriva en la siguiente clave para asegurar el éxito académico: el autocontrol y la correcta gestión de las emociones.
Las emociones intensas (buenas y malas) alteran la capacidad de atención. Un nivel moderado de inquietud puede mantenerte alerta y mejorar tu rendimiento, pero si esta es extrema puede entorpecer la concentración y la capacidad de retener en la mente la información que estás intentando aprender.
Por último, no quiero terminar el post sin deciros que, aunque yo no sea una profesional de la salud mental ni de la educación, podéis contar conmigo para todo aquello que os surja y esté en mi mano ayudaros.💪
Recordad, que estáis, o mejor dicho, estamos, recorriendo un camino largo y costoso pero que no lo estamos recorriendo solos y que además la meta es tremendamente satisfactoria. ¡Y sobre todo no olvidéis alejar a la gente tóxica y que no aporta nada bueno de vuestras vidas!
Que paséis un muy feliz y productivo y sábado.
¡Hasta pronto!💗
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