jueves, 4 de noviembre de 2021

Método Ikigai

 ¡Buenos días de jueves!

Venga, que no queda nada ya para terminar la semana.

¿Conocéis el método Ikigai?

Os doy un adelanto... IKIGAI: trabajar en lo que te apasiona.

En 2016, dos escritores españoles publicaron un libro en el que hablaban sobre el Ikigai. Uno de ellos, Héctor García, llevaba años viviendo en Japón y un día, tras visitar la ciudad de Okinawa, reparó en la longevidad de sus habitantes y en la felicidad que irradiaban. Cuando les preguntaba sobre cuál creían que era el motivo de este estado, unos tras otros iban respondiendo lo mismo: Ikigai. Y aquí llegó la duda: ¿Qué es esto del Ikigai? En un principio, los autores pensaron que se trataba de la felicidad, de la alegría de vivir, pero no era eso. Para los japoneses el Ikigai va mucho más allá, es más trascendental que el propio concepto de felicidad. El Ikigai es la razón de ser de cada persona, su motivación en la vida. Podríamos decir entonces que el Ikigai es el objetivo vital propio de cada individuo. Este objetivo es lo que impulsaba a aquellos ancianos de Okinawa a continuar cada día con optimismo, siendo conscientes de qué lugar ocupan en el mundo y hacia dónde debían llegar. Entonces, ¿los habitantes de Okinawa saben desde el inicio de sus vidas cuál es su lugar y qué quieren hacer? 😨Por supuesto que no, pero utilizan el método del Ikigai para conocer su objetivo vital y a partir de ahí, comienzan a trabajar en ello cada día de su vida.

No te preocupes, porque no hace falta ser nipón para que podamos conocer nuestro propio Ikigai. Todos podemos encontrar lo que podríamos considerar nuestra razón de ser en el mundo, realizando un trabajo de introspección y poniendo en práctica este método.

Lo primero que necesitaremos para encontrar nuestro Ikigai es hacer un trabajo de introspección sobre los cuatro pilares que sustentan nuestra vida. El primer pilar es el que soporta las cosas que de verdad nos gusta hacer, lo que amamos. El segundo pilar sustentaría aquello que se nos da realmente bien hacer. El tercero, las cosas cada uno de nosotros podemos hacer y que además otros estarían dispuestos a pagarnos, y el cuarto, aquello que cada uno de nosotros puede aportar para mejorar el resto del mundo.

En primer lugar, coge un papel y dibuja cuatro círculos iguales. Dentro de uno de los círculos vas a definir todo lo que amas, en otro escribirás todo lo que se te da realmente bien, en el tercero, tienes que reflejar aquello que sabes hacer y crees que te pagarían por ello, y por último, en el cuarto círculo tendrás que especificar aquello que crees que puedes aportar al mundo para que sea mejor.

Ahora pinta cada círculo con el color correspondiente. El rojo para lo que amas, amarillo para lo que se te da bien, verde para lo que otros podrían pagar y azul para lo que aportarías al mundo.

- Primer paso: lo que amas. En el círculo rojo deberás escribir las cosas que de verdad te gustan, lo que amas. Por ejemplo, escribir, leer libros, dibujar, estudiar,… Todo aquello que te guste hacer y que te haga feliz.

- Segundo paso: Lo que se te da bien. En el círculo amarillo debes escribir en lo que de verdad eres bueno. Por ejemplo, organizando actividades, resolviendo problemas, relacionándote con los demás…

- Tercer paso: Por lo que te pagarían. En círculo verde escribirás aquellas cosas por las que crees que los demás estarían dispuestos a pagarte: porque sabes varios idiomas, porque tienes el grado de enfermería o porque tienes un máster en comercio, por ejemplo.

- Cuarto paso: Lo que puedes dar al mundo. Finalmente, en el círculo azul deberás escribir aquellas cosas que, aunque nadie te pagase, estarías encantado de hacer por los demás, tu granito de arena para el mundo. Pueden ser cosas como cuidar de los animales abandonados, leer libros a los internos en una residencia de ancianos o apuntarte a voluntariados de limpieza para mejorar las playas cercanas a tu hogar. Lo que sea.

Ahora vamos a unir los círculos de colores.

- ¿Qué sucede cuando se une lo que amas con lo que se te da bien? Que encuentras tu pasión.

- ¿Y cuando se une lo que se te da bien con lo que otros están dispuestos a pagar? Que tienes tu profesión.

- En el momento en que se une lo que puedes hacer por el resto del mundo con algo que te pueden pagar es cuando encuentras tu vocación.

- En el lugar donde se une lo que de verdad te gusta y te hace feliz con aquello que el mundo necesita, es cuando encuentras tu misión en la vida.

¡Cha, chan! 👏 Justo en el punto donde confluyen todas ellas, es donde se encuentra el Ikigai, donde está la razón de ser de cada persona. Así que finalmente podríamos afirmar que el Ikigai es el punto exacto donde se unen la pasión, la profesión, la misión y la vocación de cada persona.

Ahora es cuando llegamos al punto más importante. En ese pequeño lugar del centro del diagrama donde se unen todos los círculos, justo ahí es donde puedes encontrarlo: allí está tu Ikigai. Por ello podemos afirmar que tu Ikigai es aquello que consiga aunar tu pasión, tu vocación, tu profesión y tu misión en la vida.

Tened presente una cosa, todos tenemos algo que aportar en esta vida. ¿Y qué hay mejor que aportar lo que, además, nos hace felices?

Pensadlo. Hacedlo, si queréis y contadme.

¡Hasta pronto! 💗